Un tesoro enterrado. 

El patrimonio cultural es poco visible. Se ha convertido en algo cotidiano que forma parte del paisaje y la memoria, especialmente el patrimonio intangible, por lo que no le prestamos atención ni le damos la importancia que se merece.

El diseño pretende dar visibilidad al patrimonio cultural de Euskadi. Las diferentes ramas que lo conforman emergen bajo tierra formando una estructura que reclama la atención del público. Puede evocar una escultura, una fuente o un a árbol invertido, en el que "las raíces" emergen hacia el futuro; un reclamo que incita a la ciudadanía a compartir y continuar la transmisión de nuestro conocimiento, nuestro patrimonio.